¿Cómo colaborar?

La parroquia vive gracias a la generosidad de quienes forman parte de ella. Con tu aportación haces posible que continuemos evangelizando, celebrando la fe, cuidando el templo, acompañando a los más necesitados y sosteniendo tantas actividades pastorales.

Puedes colaborar con una donación puntual o bien con una suscripción periódica, que nos ayuda a planificar mejor y dar continuidad a los proyectos.

Cada gesto de generosidad, grande o pequeño, suma. Más que una ayuda económica, es una forma concreta de participar en la vida de la comunidad y de compartir lo que Dios nos regala.

¡Gracias por ser parte activa de esta misión!

RECUERDA QUE TUS DONATIVOS TIENEN DESGRAVACIONES FISCALES

Personas físicas:
Donativos de hasta 250 €, desgravación de un 80 %.

Donativos de 250 € en adelante, desgravación de un 80 % de los primeros 250 € y un 40 % del resto.

Si el donativo es recurrente (dos años consecutivos donando la misma cantidad o mayor) desgravación de un 45 %.

Personas jurídicas:
Donativos en general, desgravación de un 40 %.

Si el donativo es recurrente (dos años consecutivos donando la misma cantidad o mayor), desgravación de un 50 %.

Si tiene alguna duda puede ponerse en contacto con nuestro servicio de atención al donante de la Conferencia Episcopal, llamando al 900 10 91 30.

Dona a través del portal donoamiiglesia.es, servicio de la Conferencia episcopal española:

¿Para qué?

Tu aportación mensual no es solo una ayuda económica, sino una manera concreta de hacer crecer la vida de la parroquia.
Gracias a las suscripciones, podemos planificar mejor y asegurar que todo lo esencial siga adelante.

Además, con tu colaboración estás ayudando a:

-Cuidar la Casa de Jesús-Eucaristía, para que siempre sea un lugar digno, bello y abierto.

-Sostener la misión evangelizadora de la parroquia, llegando a más personas con el mensaje de Jesús.

-Dar gloria a Dios con una generosidad que se transforma en vida.

-Permitir que otros también se encuentren con Él, como tú lo has hecho.

-Formar parte de algo grande, que trasciende tu aportación individual.

Educar el corazón en la alegría de dar, porque —como dice el Evangelio— hay más felicidad en dar que en recibir (Hch 20,35).

¿SABÍAS QUÉ?