La confesión

Sacramento de la reconciliación

La confesión no es solo “contar pecados”, sino un encuentro personal con la misericordia de Dios. En este sacramento, Jesús nos acoge con amor, nos perdona y nos devuelve la paz del corazón. Es como volver a casa después de habernos alejado.

Todos necesitamos reconciliarnos: con nosotros mismos, con los demás y con Dios. En la confesión experimentamos que no estamos solos, que nuestras heridas pueden ser sanadas y que siempre hay una nueva oportunidad para empezar de nuevo.

Si hace tiempo que no te confiesas, no tengas miedo. El sacerdote está para escucharte y acompañarte en nombre de la Iglesia. Lo importante no es lo perfecto de las palabras, sino el deseo sincero de abrirse al perdón de Dios.

¿Cómo confesarte?

1. Examen de conciencia
Antes de confesarse, es bueno detenerse un momento y repasar la vida a la luz del Evangelio: cómo hemos amado a Dios y a los demás, qué pecados hemos cometido por pensamiento, palabra, obra u omisión.

2. Dolor de los pecados
Reconocer nuestras faltas con sinceridad y pedir a Dios un corazón arrepentido. No se trata de culpabilizarse, sino de desear de verdad volver a Él.

3. Propósito de enmienda
Decidirse a cambiar, con la ayuda de la gracia. Aunque sabemos que somos frágiles, la confesión incluye el deseo real de luchar contra el pecado y caminar en una vida nueva.

4. Confesión de los pecados al sacerdote
Antes de empezar puedes decir: "Ave María Purísima" (es una forma de invocar la compañía de María para que te ayude) o "Señor Tú lo sabes todo, sabes que te quiero".

A continuación menciona el tiempo aproximado desde tu última confesión. Después puedes empezar. Hazlo con sencillez y sinceridad, sin necesidad de entrar en demasiados detalles, pero sin ocultar lo esencial. El sacerdote escucha, aconseja y, en nombre de Cristo, da la absolución.

5. Cumplir la penitencia
El sacerdote suele proponer una oración o un gesto concreto. No es un “castigo”, sino un signo de conversión y reparación que ayuda a crecer en el amor.

Examen de conciencia con los 10 mandamientos

1. Amarás a Dios sobre todas las cosas
¿He puesto a Dios en el centro de mi vida? ¿Rezo con regularidad? ¿He buscado en otras cosas lo que solo Él puede darme?

2. No tomarás el nombre de Dios en vano
¿He usado el nombre de Dios o de la Virgen sin respeto? ¿He hecho juramentos falsos o innecesarios?

3. Santificarás las fiestas
¿Participo en la Misa los domingos y fiestas? ¿Vivo esos días con espíritu de fe y descanso, o los trato como uno más?

4. Honrarás a tu padre y a tu madre
¿He respetado, ayudado y agradecido a mis padres? ¿He cuidado de mi familia? ¿He dado buen ejemplo a mis hijos?

5. No matarás
¿He dañado a alguien con palabras, obras o indiferencia? ¿He cuidado mi salud y la de los demás? ¿Guardo rencores o deseos de venganza?

6. No cometerás actos impuros
¿He vivido la sexualidad con respeto a mi dignidad y la de los demás? ¿He mirado, hablado o actuado con lujuria?

7. No robarás
¿He tomado lo que no es mío? ¿He sido justo en mi trabajo o estudios? ¿Soy generoso con quien lo necesita?

8. No darás falso testimonio ni mentirás
¿He mentido o engañado? ¿He hablado mal de otros, difamando o juzgando injustamente?

9. No consentirás pensamientos ni deseos impuros
¿He alimentado intencionadamente pensamientos o fantasías contrarias al amor verdadero?

10. No codiciarás los bienes ajenos
¿Soy envidioso? ¿Deseo lo que otros tienen en vez de agradecer lo que Dios me da?